Es un análisis del tejido blando y graso que se encuentra dentro de ciertos huesos. Este tejido, llamado médula ósea, produce células sanguíneas. Este examen se hace para averiguar si hay una infección dentro de la médula ósea.
Cultivo de la médula ósea
El médico extrae una muestra de la médula de la parte posterior del hueso pélvico o del esternón. Esto generalmente se hace con una pequeña aguja que se introduce dentro del hueso, lo cual se denomina aspirado medular o una biopsia.
El tejido extraído se envía a un laboratorio, donde se coloca en un recipiente especial, llamado plato de cultivo (caja de Petri). Todos los días, el especialista del laboratorio examinará el tejido bajo el microscopio para observar si ha habido proliferación de bacterias, hongos o virus.
Si se encuentran bacterias, hongos o virus, se pueden hacer otros exámenes para saber qué medicamentos destruirán los microorganismos. El tratamiento se debe iniciar con base en estos resultados.
Se puede sentir presión y dolor a medida que se extrae la médula ósea (a usted le pueden aplicar un medicamento insensibilizador, llamado anestesia, antes del procedimiento).
El dolor en el sitio generalmente dura desde unas cuantas horas hasta uno o dos días.
Uno se puede someter a este examen si presenta fiebre inexplicable o si el médico sospecha de una infección de la médula ósea.
La falta de proliferación de bacterias, virus u hongos en el medio del cultivo es normal.
Los resultados anormales sugieren que usted tiene una infección de la médula ósea, la cual puede ser por bacterias, virus u hongos.
El líquido (aspirado) o un pedazo de tejido (muestra para biopsia) de la médula ósea se puede enviar al laboratorio para que se le practiquen muchos tipos de pruebas diferentes. Con estos exámenes, se estudia qué tan inmaduras lucen las células sanguíneas y cómo se están desarrollando.
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